Métodos de internacionalización de las organizaciones

Métodos de internacionalización de las organizaciones

Cuando las organizaciones quieren operar en el ámbito internacional suelen utilizar distintos métodos, los cuales varían según el nivel de inversión, riesgo y control que desean asumir. Estos métodos de internacionalización permiten a las empresas expandirse a nuevos mercados, aprovechar oportunidades globales y fortalecer su competitividad a nivel internacional.

Estas estrategias ordenadas de menor a mayor nivel de inversión y compromiso internacional son:

  1. Exportación e importación
  2. Abastecimiento global
  3. Otorgamiento de licencias
  4. Franquicia
  5. Alianza estratégica – Empresa conjunta
  6. Subsidiaria extranjera

Los gerentes que buscan incorporarse al mercado global con un compromiso financiero limitado suelen optar por estrategias que reduzcan tanto la inversión inicial como la exposición al riesgo. En este contexto, el abastecimiento global constituye una alternativa especialmente atractiva, ya que permite a las organizaciones adquirir insumos, componentes o fuerza laboral en mercados internacionales donde los costos de producción son más bajos. Este enfoque posibilita la optimización de la estructura de costos sin necesidad de establecer operaciones físicas en el extranjero, lo cual incrementa la eficiencia operativa y fortalece la posición competitiva de la empresa en su mercado principal.

Si bien para numerosas organizaciones el abastecimiento global representa una puerta de entrada a la internacionalización, en muchos casos continúa siendo una estrategia permanente debido a los beneficios económicos sostenidos que genera. Al aprovechar las diferencias internacionales en costos, especialización productiva y disponibilidad de recursos, las empresas pueden mejorar su rentabilidad y adaptarse con mayor agilidad a las condiciones del mercado. Sin embargo, es importante señalar que, a medida que las organizaciones avanzan hacia etapas más complejas de internacionalización, los requerimientos de capital aumentan de forma significativa, al igual que los niveles de riesgo asociados, debido a factores como la incertidumbre política, económica y cultural de los mercados extranjeros.

Posteriormente, las empresas pueden ampliar su participación internacional mediante actividades de exportación, que consisten en la producción de bienes en el país de origen para su comercialización en mercados externos. De manera complementaria, también pueden recurrir a la importación, adquiriendo productos elaborados en el extranjero para su venta en el mercado doméstico. Ambas modalidades se caracterizan por demandar recursos financieros relativamente reducidos y por implicar un grado de riesgo limitado, ya que no requieren inversiones directas en infraestructura productiva fuera del país. Estas características explican por qué la exportación y la importación son estrategias ampliamente utilizadas por pequeñas y medianas empresas como mecanismos iniciales para integrarse al entorno de los negocios internacionales.

Además de las estrategias iniciales de internacionalización, los gerentes pueden recurrir al otorgamiento de licencias y a la franquicia como mecanismos que permiten una expansión internacional con un nivel moderado de inversión y riesgo. Ambos métodos se basan en la cesión de derechos por parte de una organización a otra, permitiendo el uso de activos intangibles como la marca, el conocimiento tecnológico, los procesos productivos o los modelos de gestión, a cambio de una compensación económica que puede consistir en un pago inicial o en regalías vinculadas al volumen de ventas. Esta modalidad posibilita la penetración en mercados extranjeros sin la necesidad de asumir los costos directos de producción, comercialización o administración en dichos mercados.

Aunque comparten principios similares, el otorgamiento de licencias y la franquicia se diferencian principalmente por el tipo de actividades a las que suelen aplicarse. El otorgamiento de licencias es característico de organizaciones manufactureras que permiten a terceros producir o comercializar bienes utilizando su tecnología o diseño, mientras que la franquicia se asocia con mayor frecuencia a empresas del sector servicios. En este último caso, el franquiciador transfiere no solo el derecho de uso de la marca, sino también un conjunto estandarizado de métodos operativos, procedimientos administrativos y criterios de calidad, lo que asegura una experiencia homogénea para el consumidor final en distintos mercados geográficos.

A medida que las organizaciones acumulan experiencia en el entorno internacional y desarrollan un mayor conocimiento de los mercados globales, los gerentes pueden considerar estrategias que impliquen una inversión directa más significativa. En este nivel, las alianzas estratégicas representan una alternativa relevante, ya que permiten la cooperación entre empresas de diferentes países para compartir recursos financieros, capacidades tecnológicas y conocimientos del mercado. Estas asociaciones facilitan el desarrollo conjunto de productos, la transferencia de conocimientos y la construcción de infraestructura productiva, reduciendo al mismo tiempo los riesgos individuales al distribuirlos entre los socios participantes.

Una modalidad específica de las alianzas estratégicas es la empresa conjunta, en la cual las organizaciones involucradas crean una entidad independiente con personalidad jurídica propia para alcanzar objetivos comerciales comunes. Este tipo de cooperación resulta especialmente útil en mercados complejos o regulados, donde la participación de un socio local puede facilitar el acceso a redes de distribución, proveedores y conocimiento institucional. Las empresas conjuntas ofrecen una vía relativamente accesible para fortalecer la presencia internacional y mejorar la capacidad competitiva en el ámbito global.

Finalmente, la forma más intensiva de internacionalización se manifiesta cuando una organización decide establecer una subsidiaria en el extranjero, ya sea con fines productivos o administrativos. Esta alternativa supone la creación de una unidad operativa autónoma que puede funcionar bajo un esquema multidoméstico, con un alto grado de autonomía local, o bajo un modelo global, caracterizado por la centralización de las decisiones estratégicas. Si bien el establecimiento de una subsidiaria extranjera brinda un mayor control sobre las operaciones y la estrategia competitiva, también implica un elevado compromiso de recursos financieros, humanos y tecnológicos, así como una exposición considerable a riesgos económicos, políticos y culturales propios del país anfitrión.

 

 

 

M.R.E.A.

Administración desde Cero

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